Después de 3 semanas de haber regresado, al fin comenzaré a relatar lo que vivimos durante nuestras 5 semanas de viaje por Sudamérica.
Bueno, en realidad todo empezó mucho antes del día en que nos fuimos, desde cuando surgió la idea (no recuerdo exactamente cuando fue eso), hasta toda la planeación para poderlo hacer realidad (como los méndigos trámites para las visas). Además, claro está, de todo lo que tuvimos que trabajar para reunir el dinerito y para dejar lo menos de pendientes posibles antes de partir. Andábamos un poco presionadas los últimos días, pero todo valió la pena para llegar al gran día de nuestra partida...
El 25 de Septiembre tomamos en la terminal de la 4 el autobús que nos llevó al aeropuerto. Ana y Karo salieron 5:30 y yo las alcancé media hora después, ya que mi familia me acompañó y no podíamos salir antes.
A las 7:30 llegué al aeropuerto y fui a buscar a mis amiguitas para documentar. Después de hacerlo, nos fuimos con mi familia a tomar un cafecito y a cenar al Italiannis, ya que contábamos con bastante tiempo aun.
A las 10:30 nos despedimos de mi familia y nos metimos a la sala para esperar la salida del vuelo. 11:30 nos llamaron para abordar el avión y despegamos aproximadamente a las 12:15 a.m. del 26 de septiembre.
Y así fue como dio inicio nuestra travesía, la cual, por cierto, la comenzamos dormidas, porque prácticamente pusimos un pie en el avión y los ojos se nos cerraron (el labio inferior se comenzó a desprender del superior, verdad Anota? jejeje). Pero el sueño no pudo ser muy largo, ya que nuestro vuelo fue con escala en Lima, lugar al cual llegamos como a eso de las 5:30 a.m. Nos bajaron del avión y estuvimos recorriendo algunas tiendas del aeropuerto, hasta que nos subimos de nuevo como a las 7... y a dormir de nuevo, bueno, yo solamente me mantuve despierta para desayunar, jejeje...
Llegamos al Aeropuerto Ezeiza de Buenos Aires a la 1:30 p.m., hora de Argentina (2 horas más que México). Nos recibieron Pedro, quien junto con Tomasa, su esposa se hace cargo de cuidar la casa de retiro en la que nos quedamos, y Juan Pablo, seminarista que vive en esa misma casa.
Cuando llegamos a la casa de retiro, ya era hora de la comida, así que dejamos nuestras maletas y demás bultos y nos fuimos a reunir al comedor con el Padre Ricardo Facci y algunas personas más, entre las que se encontraba Silvia, novicia que ese día cumplía años. La comida estuvo deliciosa, y, con motivo del cumpleaños, hubo un pastel de dulce de leche riquísimo!!!
Después de comer dimos un pequeño paseo por los jardines de la casa, la cual es muy bonita; luego Tomasa preparó mate, para que nos sentáramos a beberlo y platicar un rato. Ya he contado en el post anterior lo que es el mate y cómo se toma; bueno, pues esta fue la primera vez que lo probé, y, la verdad es que no me gustó mucho, ya que nos lo dieron sin azúcar y me pareció realmente amargo. Pero bueno, ya después lo probé dulce y me agradó bastante!
En la nochesita cenamos también muy rico y posteriormente cada quien se fue a su cuarto a dormir! Bueno, menos Karo, quien antes de dormir estuvo bastante rato platicando con Juan Pablo.
Y ese fue nuestro primer día de viaje! Al otro día nos levantamos bastante temprano, ya que teníamos que tomar el camión para ir a Rosario. Juan Pablo, muy lindo, se ofreció a acompañarnos, ya que era un largo trayecto y teníamos que tomar dos colectivos para llegar a la terminal. No recuerdo exactamente cuánto fue de camino, pero fácil tardamos más de una hora en llegar, pero gracias a la agradable platica, no fue nada pesado. Llegamos a la terminal, compramos nuestros boletitos, nos despedimos de Juan Pablo y partimos hacia Rosario! Pero esa es otra historia... jejeje...
Bueno, en realidad todo empezó mucho antes del día en que nos fuimos, desde cuando surgió la idea (no recuerdo exactamente cuando fue eso), hasta toda la planeación para poderlo hacer realidad (como los méndigos trámites para las visas). Además, claro está, de todo lo que tuvimos que trabajar para reunir el dinerito y para dejar lo menos de pendientes posibles antes de partir. Andábamos un poco presionadas los últimos días, pero todo valió la pena para llegar al gran día de nuestra partida...
El 25 de Septiembre tomamos en la terminal de la 4 el autobús que nos llevó al aeropuerto. Ana y Karo salieron 5:30 y yo las alcancé media hora después, ya que mi familia me acompañó y no podíamos salir antes.
A las 7:30 llegué al aeropuerto y fui a buscar a mis amiguitas para documentar. Después de hacerlo, nos fuimos con mi familia a tomar un cafecito y a cenar al Italiannis, ya que contábamos con bastante tiempo aun.
A las 10:30 nos despedimos de mi familia y nos metimos a la sala para esperar la salida del vuelo. 11:30 nos llamaron para abordar el avión y despegamos aproximadamente a las 12:15 a.m. del 26 de septiembre.
Y así fue como dio inicio nuestra travesía, la cual, por cierto, la comenzamos dormidas, porque prácticamente pusimos un pie en el avión y los ojos se nos cerraron (el labio inferior se comenzó a desprender del superior, verdad Anota? jejeje). Pero el sueño no pudo ser muy largo, ya que nuestro vuelo fue con escala en Lima, lugar al cual llegamos como a eso de las 5:30 a.m. Nos bajaron del avión y estuvimos recorriendo algunas tiendas del aeropuerto, hasta que nos subimos de nuevo como a las 7... y a dormir de nuevo, bueno, yo solamente me mantuve despierta para desayunar, jejeje...
Llegamos al Aeropuerto Ezeiza de Buenos Aires a la 1:30 p.m., hora de Argentina (2 horas más que México). Nos recibieron Pedro, quien junto con Tomasa, su esposa se hace cargo de cuidar la casa de retiro en la que nos quedamos, y Juan Pablo, seminarista que vive en esa misma casa.
Cuando llegamos a la casa de retiro, ya era hora de la comida, así que dejamos nuestras maletas y demás bultos y nos fuimos a reunir al comedor con el Padre Ricardo Facci y algunas personas más, entre las que se encontraba Silvia, novicia que ese día cumplía años. La comida estuvo deliciosa, y, con motivo del cumpleaños, hubo un pastel de dulce de leche riquísimo!!!
Después de comer dimos un pequeño paseo por los jardines de la casa, la cual es muy bonita; luego Tomasa preparó mate, para que nos sentáramos a beberlo y platicar un rato. Ya he contado en el post anterior lo que es el mate y cómo se toma; bueno, pues esta fue la primera vez que lo probé, y, la verdad es que no me gustó mucho, ya que nos lo dieron sin azúcar y me pareció realmente amargo. Pero bueno, ya después lo probé dulce y me agradó bastante!
En la nochesita cenamos también muy rico y posteriormente cada quien se fue a su cuarto a dormir! Bueno, menos Karo, quien antes de dormir estuvo bastante rato platicando con Juan Pablo.
Y ese fue nuestro primer día de viaje! Al otro día nos levantamos bastante temprano, ya que teníamos que tomar el camión para ir a Rosario. Juan Pablo, muy lindo, se ofreció a acompañarnos, ya que era un largo trayecto y teníamos que tomar dos colectivos para llegar a la terminal. No recuerdo exactamente cuánto fue de camino, pero fácil tardamos más de una hora en llegar, pero gracias a la agradable platica, no fue nada pesado. Llegamos a la terminal, compramos nuestros boletitos, nos despedimos de Juan Pablo y partimos hacia Rosario! Pero esa es otra historia... jejeje...
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